Para ti, blog.

Para ti, Blog. Te leo y digo bueno, neta que chingón que lo hice. La neta me encanta leerlo. Pero estar en Barcelona con mi hermano, platicar con Matías a fondo, ver mis fotos y leerlo me hizo de verdad recordar.

Reíte un poco, flaco.

A 30 de Octubre de 2023, 10:22 pm.

📍 Barcelona - London Gatwick

Cuando llegué acá el Viernes temprano no lo sentí por completo. Me emocionó muchísimo ir por el avión y ver el Hotel W, ver el Tibidabo, el edificio Mapfre (o como se escriba), ver la playa, el mar. Ver Barcelona. Es una sensación de hmm, creo que pertenezco aquí. Nos bajamos, vamos al hotel y veo tantas cosas tan familiares, casi tan mías y digo wey, es una gran ciudad, de momento hasta ahí.

Pasa el día, le enseño a Álvaro Barcelona, caminamos por Passeig, nos compramos una tremenda malteada (Five Guys, obvio) y voy caminando por Las Ramblas con él. La cabeza, como ha hecho durante este año me juega chueco más aún, menos de lo que lo hacía, prueba de mi progreso, pero aún me molesta. Voy con mi cabeza dando vueltas tratando de aterrizar que estoy en un lugar que recorrí tantas veces. Llegamos al Port Vell, nos compramos un aquarius y nos sentamos en las escaleras donde vemos el mall este, unos botes con una figura de persona haciendo pipí (un objeto siendo un albur, diría Álvaro), a la izquierda los botes, enfrente el hotel W y a pesar de mi cabeza, digo Señor, que afortunado carajo. Aquí con mi hermano, pasando su cumpleaños 15 en este lugar tan especial para mí.

Álvaro y yo, el Colón detrás.

Seguimos caminando, nos reímos mucho y vamos a ver el Mago Pop, como lo hice hace un par de años y medio pero ahora con Álvaro. Un espectáculo fuera de serie, un mago increíble, un mensaje aún más increíble y me encanta que me encante la magia. Salimos, nos comemos un bocata malon, metro L3 a Diagonal y al hotel. La primera vez que duermo en una cama decente en dos meses y como lo valoré: dormí rebién.

Sábado, arriba. Cumpleaños número 15 de mi querido hermano. Le doy su regalo, lo grabo. Nos vamos a desayunar y después a cortarme el pelo. Me gusta como se me ve largo pero me siento sucio, más de lo que me hace sentir mi panza jjajjaja. Después dejamos todo y nos vamos. La Sagrada Familia carajo, es una cosa de locos. Es una de las obras de arte en edificio más espléndidas que he tenido oportunidad de ver y que sea hecha para Ti Padre, me produce una alegría tremenda. Otra malteada y vámonos a caminar. Llegamos al Port Vell por atrás. Caminamos por el alacrán este mientras le cuento a Álvaro anécdotas de mi estancia acá, que no son pocas.

Álvaro y yo en el mismo lugar donde me saqué la foto para el primer blog post

Poco después agarramos el metro y nos bajamos en Espanya, donde ya se ve ambiente de Clásico. Un par de weyes con la del Barça nos mientan la madre, nos reímos. Nos damos cuenta rápido que somos extraños, que este Clásico no es uno de turistas, y me gusta pero me asusta lit. Subimos hacia el Museo Nacional de Arte de Catalunya. Nos compramos una cerveza, la primera de Álvaro: la tiro JAJAJJA. No le gusta anyway (de momento). Caminamos hacia el estadio, llegamos y nos comemos el bocata más lamentable que he probado en mi vida, pero estaba barato: 4.5 euros. Mientras esperamos al juego nos entrevistan 4 veces y estuvo muy chistoso eso la verdad. Hacía un clima fascinante, no lo había mencionado pero de verdad que cosa. No recordaba que era ver Barcelona así de bonita con ese clima, además viniendo de Londres jjajajja. Total, hora y hacemos la fila. “No pueden pasar con la playera del Madrid, o la tiran o buscan dónde dejarla”. No mames jjajajja, buena técnica del Barça. Al final compramos una y nos metimos la del Madrid a las pompas en los pantalones, de verdad no sé cómo no nos cacharon. Ese fue un gran, gran momento y no se, me dio mucha alegría. Reírme con Álvaro sobre cómo engañamos a la seguridad del Barça no tuvo precio, de verdad.

El juego, que cosa. Estábamos rodeados de gente del Barça, un gol tempranero y un Madrid que nomás no reaccionaba; unas jugadas estupendas de Joao Félix, ver a Ter Stegen de (más o menos) cerca y bueno después en el segundo tiempo la locura: golalazo de Jude de afuera del área y otro de él al último minuto. A Álvaro casi le dan 17 calambres por aguantarse el festejo jajjaja.

Al final salimos con las chamarras hasta arriba en medio de culers, agarramos el metro a Catalunya y llegamos a mi lugar favorito de Barcelona (para comer): Chalito. Lugar de incontables comidas con Manu ahí o pidiéndolas a Ágora. Ahí con Álvaro, pude disfrutar de nuevo una milanesa napolitana de pollo con dos huevos estrellados encima: QUE COSA. Después de tremendo manjar vamos de regreso, pasamos por el pimes (PyMes en catalán, pero Álvaro lo pronunció como si estuviera en inglés) y llegando al hotel vimos Batman Dark Knight. Que movie, aunque estábamos muertos.

Álvaro y mi milanesa en el mejor restaurante: Chalito.


Domingo. Nos levantamos (me levanté y obligué) y nos fuimos a correr a la barceloneta. Es un lugar extraordinario para hacer deporte: bajarte en la estación de metro Drassanes, empezar por el Colón, ver el W a lo lejos, Port Vell, llegar a la playa, pasar por los HQ de Desigual y por debajo del W, llegar a la otra esquina. Álvaro venía de lesión y enfermedad así que no corrimos mucho. También es cierto que yo empecé a correr hace poco, y es que en ese lugar dan unas ganas terribles.

Nos regresamos para el desayuno que muy bien y salimos. Me encantó el plan, fue bastante diferente: caminamos, agarramos el tranvía en Provença hasta el Feu del Funicular, subimos y luego nos dio flojera esperar al 111 y caminamos hacia el Tibidabo. Una subida de 30 minutos pero con Álvaro se pasó volando. Me encantó caminar, ver el skyline de Barcelona, el mar a lo lejos, voltear y ver la Torre Collserola y a lo lejos la Iglesia del Tibidabo. A puras risas y anécdotas de Álvaro en el camino de Santiago llegamos. No hicimos mucho arriba la verdad: nos sentamos y disfrutamos un buen aquarius, conocimos la iglesia, nos reímos y nos regresamos.

´Álvaro y yo subiendo al Tibidabo


Regresamos a comer en el Poca Solta (algo así) una comida no tan extraordinaria, pero nos atendió Angie de Colombia y fue súper agradable. Nos echamos un gran helado Amorino y caminamos por el Gótico discutiendo la guerra de Palestina. Fuimos a misa en la Catedral, me confesé (me encantó, el padre me dijo cosas bien precisas) y saliendo fuimos como no, por otra milanesa al Chalito. Esta vez quise probar algo nuevo y tengo que decir que fallé, no me encantó. Pero bueno, probando cosas nuevas se van encontrando nuevos gustos así que Rodolfo, bien ahí.

Llegando en la noche decidimos ver LEGO Movie, me encantó. Neta que buena movie. Súper profunda la neta, me encantó el mensaje de que todos son especiales. Esto se podría interpretar como “bueno, entonces nadie es especial” pero yo estoy convencido que con las personas si es así. Deja tu que todos somos creaturas de Dios (que si y es lo más importante), todos tenemos algo especial, todos somos únicos en sentidos específicos. No sé, entender eso a mí me parece una locura. Esto retoma el punto de Bruce Lee que leí el primer día (compré un libro sobre él) de que si piensas que puedes, puedes y viceversa. También hablo el Mago Pop sobre el efecto pigamlión y ahora está película. Señor, estoy cachando el mensaje, te lo prometo.

Lunes.

Hoy en la mañana terminé de preparar el episodio de Mati, fuimos a comprarle unos turrones y le dimos para la calle Dos de Maig y ahí estaba el, con su barba, su sonrisa, una playera verde y su pinta de indigente, con una sonrisa espléndida. Con un abrazo y un beso nos recibió y pasamos a su casa: un depa chico pero bien bonito con una vista espectacular de la Sagrada Familia y la playa. Comenzamos y carajo, qué cosa. Todo el podcast le habló a Álvaro y me pareció bien, yo pude escuchar con más atención. Creo que intervine tres veces en la hora y cuarenta y cinco. Matías es un tipo increíble, de verdad increíble. Gracias Señor por permitirme conocerle, por hacerlo parte de mi caminar por aquí, que ha tenido un gran impacto. Después de la plática (que puede tener su post por sí mismo), hablé (o más bien escuché) a Gastón su hermano un rato. Me contó por lo que pasó que fueron muchas circunstancias duras con ansiedad (buenos días) y acabó buscando el sentido de la vida. Pasó por la Iglesia, yoga, chamanes, etc. Al final acabó con una visión de la vida en mi parecer muy cómoda que se podría resumir en: el mundo da igual, lo que importa es sufrir lo menos posible. Y para llegar a esa conclusión hay matices que encontré muy reales y útiles (como la incapacidad que tenemos de sentarnos solos a sentir incomodidad y buscar las respuestas hacia dentro y no hacia afuera, entre otras) pero con una conclusión que me parece incorrecta. Me gustó mucho escucharlo la hora entera porque me ayudó a entender mejor lo que yo pensaba.

Mati y yo después del podcast

Después de tremendo ejercicio mental Álvaro y yo nos dirigimos a despedirnos de nuestro querido Chalito. No cometí el error y pedí mi napolitana con huevos. Caminamos, fuimos por sus tenis (me compré unos Stan Smith, ya no recordaba que era traer tenis limpios 🤦🏽‍♂️) y pasamos por Troa. La neta me da mucho coraje que la vayan a cerrar. Es un gran lugar.

Vaya, escribí JAJAJA.

Caray no sé. Fue un viaje con muchas cosas. Escribiré de conclusión lo que se me viene a la mente. Álvaro, me lo estoy conociendo más. Es un wey muy chistoso y me gusta reírme con él. Entendiendo que soy su hermano mayor, no su papá, me reído bárbaro con él. Entramos en una dinámica de tonterías y caray, me encanta. Me encanta me encanta. Lo estoy conociendo y queriendo más, y eso no tiene precio. Barcelona: quiero regresar. Me encanta, me encanta de verdad. Y es curioso porque me choca su cultura, no me gusta la cultura catalana, no me gusta lo liberal y su cantidad enormes de sex shops y mentalidad woke, no me gusta que no tenga una cocina propia y sin embargo, me encanta. ¿Qué? Me encanta ver el Tibidabo de abajo, me encanta ver el mar de cualquier punto ligeramente alto. Me encanta el Port Vell y ver el hotel W. Me encanta caminar por el Eixample y recorrer sus calles con forma rara. Me encanta el clima, me encanta el sol y como pinta la Ciudad Condal. Creo que si quiero venirme a hacer el MBA a el IESE. En muy buena medida por el IESE y la educación, en muy buena otra por Barcelona. Y no sé. Aún no sé. Estoy entendiendo más cosas que aún iré descubriendo. Actuar, no razonar tanto (cuando pueda hacerlo si, pero no vivir en mi cabeza). Jugar, no pensar. Ser más libre, la libertad interior, la real. Jugar sin miedo, porque el miedo te juega chuequisimo en el corto y en el largo plazo. Reírte.

Como me dijo Mati hoy: reíte un poco, flaco.


Con amor, rodolfo.

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