Mi onceava semana

Esta fue una semana excepcional. No sé como no empecé a hacer esto antes, sin embargo, lo haré.

Del Lunes 5 al Domingo 11 de Abril

El Lunes

Tuvimos entrenamiento temprano y después me quedé con tres amigos porteros (Samu y Quintero de Colombia y Gael de Ecuador) a hacer unos TikToks. Al final hicimos tres y quedamos de ir a comer a Can Cortada, el restaurante elegante que está a lado de Marcet. Fuimos y esta vez no me gustó tanto la comida, pero pude comerme unos buenos huevos estrellados.

En la tarde, terminé el libro The Monk Who Sold His Ferrari de Robin Sharma. Me gustó un montón, es muy inspirador y además tiene muchas cosas aplicables, me gusta mucho como escribe él, usa palabras muy elocuentes, que llegan al corazón. Después fui con mis mejores cuates (Murillo, Manuel y Marco) a la playa, jugamos volley con unos que estaban allí pero hacía muchísimo viento, no fue muy cómodo.

Gael, yo y Samu en Can Cortada

Gael, yo y Samu en Can Cortada

El Martes

Tuvimos la mañana libre y acompañe a Hugo a la maquinista (estaba vacío a comparación del Sábado) porque quería comprar unas cosas. Yo estuve en Fnac que estaba muy bueno y me compré una Moleskine (porque mi Baron Fig se está terminando) y varias cosas más. Hugo y yo nos quedamos platicando acerca de que es lo que quiere hacer de su vida y yo de la mía, también me contó su historia y yo a él la mía. Es increíble como hay personas tan distintas pero con las que uno se puede llevar tan bien. 

Esa tarde entrenamos y lo hice bastante bien. Recuerdo remangarme y decirme “a ver cab**n, ya estuvo suave. Juega como sabes y concéntrate” y lo hice. Mati me felicitó y en el pastel de Manuel que fue terminando el entreno me dijo que le estaba gustando mucho la dinámica en la que estaba, e incluso que me quería. Ahí me di cuenta que Mati era el entrenador ideal para mí, el que estaba sacando la mejor versión de mi mismo, ese tipo que no me caía nada bien, en realidad me estimaba bastante, y ahora yo lo hago con él, porque a pesar de que no juegue, estoy sacando lo mejor de mí mismo. Después recibí la noticia de que Andrés Gudiño iba a debutar en Concachampions, lo que significaba que HO SOCCER era una marca de primera. Me puso muy pero muy contento. También ese día entre Manu y yo nos aventamos más de medio pastel (me dejó empalagado de por vida).

Hugo y yo en La Maquinista

Hugo y yo en La Maquinista


El Miércoles

Me levanté a las 5:00 am para ver a Gudiño. Fue un pésimo partido, pero vi mis guantes en partido de primera. Me levanté a editar y después fui a un café que está por el metro y me hicieron lo más parecido a huevos revueltos que me han hecho. Después fui con Manuel primero a la Librería Troa de Diagonal, que es del Opus Dei y le busqué a mi papá unos libros, yo me llevé uno solo (a este ritmo no sé qué voy a hacer con tanto libro). Después lo acompañé a cortarse el pelo (yo me lo quise dejar un poco más largo para probar) y leí un buen rato Aprendiendo de los Mejores libro que aún no sé qué pensar al respecto. 

En la tarde estuve viendo que nos intentaron hacer fraude de nuevo en HO SOCCER y después regresé a círculo en el Colegio Mayor de Pedralbes. Fue uno excelente, donde tocamos el tema de la misa, Jesús como alguien realmente vivo, que los cristianos somos indiferentes a Jesús (cosa que debe cambiar) y sobre la alegría en el apostolado.

Gudiño, debutando.

Gudiño, debutando.


El Jueves

El Jueves hubo un despertar en mí por dos temas: los libros y los viajes. Lo primero fue porque vi un documental llamado Bookstores (que realmente recomiendo) donde este cuate va a visitar las librerías más bonitas del planeta, a la vez que plantea el problema de que hay tantos libros qué leer y tan poco tiempo para hacerlo. La neta me llamó muchísimo la atención y se convirtió en mi documental favorito a la fecha. Eso me hizo buscar algunas librerías aquí en Barcelona; la primera que vi en Google se llamaba Altaïr, así que fui a visitarla. Sin duda un lugar mágico, único. Nada más entras y hay desconocidos buscando más desconocidos para viajar, es un lugar donde el tema principal es el viaje y la aventura, algo que creo que despertó en mí las ganas de explorar. 

Gracias a Yes Theory ya había despertado ese interés, mi visita a Altaïr la intensificó, y más aún cuando comencé el libro que compré allí llamado Días de Viaje por Aniko Villalba. Me dieron unas ganas enormes de salir, tomar una mochila, una cámara, mi computadora y poco más a explorar el mundo; hoy día, es algo que quiero hacer, no sé cuando ni cómo, pero lo haré, y viviré de eso. Ya veremos como le hacemos. 

En fin, me fascinó ese lugar, lástima que la cafetería estaba cerrada (llevo tiempo buscando una librería con cafetería, y la encontré esta misma semana, el Sábado sin querer), que despertó algo que seguramente me hará hacer muchas cosas.

Después encontré un buen lugar para leer un rato y donde había buen wifi y comencé el “Pequeño Libro de las Preguntas que Debes Hacerte”, un libro interesantísimo, ya les contaré más. Entrené por la tarde y después me llegó el correo de Amazon Prime diciéndome que me iban a pagar por hacer un TikTok, algo que me hizo darme cuenta que buscar vivir de esto no era una locura.

Librería Altaïr

Librería Altaïr


El Viernes 

Leí bastante, en la mañana fui a tomarme un café en frente de la catedral y después comí una pasta carbonara bastante mediocre (pero por 10 euros) en un lugar del Barrio Gótico. Ese día me cayó el veinte que me queda bien poquito tiempo en Barcelona (dos meses y medio) y que aún me faltan prácticamente todas las visitas culturales) así que me compré un boleto para el MACBA, para La Pedrera y para un concierto de piano. 

Carbonara, mediocre

Carbonara, mediocre

El Sábado

Probablemente el día más movido de mi estancia aquí. Diego Cobián, uno de mis mejores amigos de acá, me invitó a ayudar a un comedor social con la gente de la obra por la mañana. Llegué y estuvimos unas dos horas cortando berenjenas y papas, ahí me di cuenta lo que es el verdadero servicio, me gustó muchísimo ir. 


Después fuimos por un café y probé la coca. No la cocaína, la coca. Es un pan dulce típico de Cataluña que se puede combinar con muchas cosas. Estaba bueno, nada del otro mundo pero bastante bueno. Me recordó a el pan dulce de mi querida Uruapan. De ahí ellos se fueron y yo me fui a un Café 365 a empezar el libro de Aniko Villalba mencionado más arriba. Estuve leyendo dos horas completas, ese libro me cautivó, me inspiró. Es la historia de una muchacha  argentina que saliendo de la universidad se fue a viajar de mochilera por Latinoamérica, buscando vivir de viajar y escribir. Llevo casi la mitad y me está encantando, me está llenando el corazón con las ganas de viajar, de conocer, de aprender. Siguiendo el consejo de Aniko de “dejarte llevar por la ciudad y perderte a propósito” encontré (no creo que por casualidad), el lugar que tanto buscaba: una librería increíble no con una cafetería, con dos de ellas adentro para poder sentarte agusto a leer. Se llama La Central y en este momento estoy en uno de sus cafés escribiendo esto. 

No pude disfrutarla tan bien porque había quedado con mi amigo Hugo a comer, porque ya se regresaba el Lunes. Fuimos a comer a un lugar un poco caro y no tan rico (de esos caros que sí dan codo), pero la compañía fue de diez, Hugo es un tipo que te inspira alegría, emoción, bondad. Después de comer y caminar como una hora, nos encontramos con unas amigas de él, yo estuve con ellos unos 40 minutos pero habré dicho tres palabras porque se quedaron hablando del sistema educativo francés (del cual yo estaba cero interesado/involucrado) y me regresé a ver El Clásico en la residencia.

Murillo, Manu, Marco y yo. Mis mejores amigos de aquí.

Murillo, Manu, Marco y yo. Mis mejores amigos de aquí.

El Domingo

Día que comencé a escribir este blog, día de ayer. En la mañana hice ejercicio y después fui a misa ahí en Marcet (no me gusta mucho ir allí, pero como había partido no hubo de otra). Después grabé el TikTok de Sergio Ramos (que es un baile, lo que significa que adiós dignidad) con unos amigos que sin duda hicieron de eso algo muy divertido. Comimos un bocata en el bar del velódromo y nos fuimos al partido; al fin, después de tres jornadas, debuté. Jugué el segundo tiempo, y aunque no tuve mucho y tuve una jugada medio dudosa, me siento más seguro que nunca, con muchas ganas de aprender y de mejorar, y buscar la titularidad en el arco de la UP. 

Mi equipo, se está convirtiendo en mi familia.

Mi equipo, se está convirtiendo en mi familia.


Esta fue mi onceava semana en la capital catalana, y fue una semana increíble. Creo que la gran mayoría de mis semanas han sido increíbles, y le doy gracias a Dios por permitirme vivir esto. 

Vamos por una doceava, igual o más emocionante que esta.

@ La Central, a la 1 de la tarde de el Lunes de mediados de Abril.

Anterior
Anterior

El arte para mí (ahora)

Siguiente
Siguiente

Greenlights de Matthew McConaughey - Reflexión