Jaspi y Robert.

El miércoles por la noche fui a echarme una cerveza con una amiga y se me estaba acabando el dinero. Al final por una serie de coincidencias del trabajo (que yo no lo creo que lo sean) acabé el día con bastante más de lo que empecé. Al otro día temprano llegaban Jaspi (un gran amigo de toda la vida, quien ahorita está estudiando en Munich) y Robert (su roomie, a él lo conocí hace mes y medio cuando fui con ellos al Oktoberfest). No sabía los días que se venían.


Fui hasta Liverpool Street por ellos por ahí de las 9:40 am, hacía frío pero la verdad es que buen clima. Estuvimos caminando un buen rato donde pasamos por Tower of London, cruzamos Tower Bridge y después llegamos al Borough Market. Era de mañana entonces justo empezaban a abrir los locales. Nos comimos una salchicha de estadio (así le digo a este platillo que es una salchicha envuelta por pan, la venden en los estadios) y un risotto de trufa carísimo pero la verdad es que riquísimo. El clima dejó de estar tan bien pero así es Londres: cambia de un momento a otro. Caminamos y caminamos, pasamos por St. Paul’s Cathedral (de verdad es impresionante) y al final 12:30 nos metimos al British Museum. Después de dar la vuelta un buen rato salimos y fuimos para Covent Garden, Robert se tuvo que ir a una junta y yo me fui con Jaspi por un gelato y luego a un pub por unas pints.

En Tower Bridge. Robert a la izquierda, Jaspi en medio y yo mero a la derecha.


Algo que me fascina de la cultura inglesa (particularmente aquí en Londres) son los pubs y el plan de unas pints. Porque permite ir a cotorrear con tu compa o con alguien sin necesidad de ir a comer (aunque gastas igual). Creo de verdad que la cerveza es un catalizador de buenas conversaciones. El hecho de ir a la barra pedir una, que te la den, sentarte y decir cheers mate seguido por un “ahora si platícame” no sé, a mi me parece increíble y esta teoría no me ha fallado aquí en lo absoluto. Puede que esté empezando a tener mi panza chelera pero nadie me quita las tremendas conversaciones por las que la estoy canjeando.


Nos echamos tres que bueno, es una cantidad considerable pero no te cuento la conversación. David (Jaspi) es un tipo que admiro muchísimo y estos días donde tuve oportunidad de profundizar en nuestra amistad me hizo admirarlo y quererlo más. Esa plática es una de esas que se te quedan grabadas, donde dices cosas que sabes y necesitarías aplicar tu mismo, donde te muestran y muestras vulnerabilidad pero sobre todo donde te conoces (a él y a ti) y donde puedes querer más. Así me pasó con Jaspi. Después Robert regresa y fuimos por unas Honest Burguers donde yo comí rapidísimo porque había quedad con una amiga de un amigo para recibirla. Fui a conocerla y una tipaza; me parece increíble como Él, si te dejas, te va poniendo personas que tienen mucho que enseñarte en el momento que lo tienes que aprender. Con Ivy, se llama, platicamos sobre la amistad y creo que es de lo que se trata este post. Regresé y los vi muertos porque habían hecho un viaje muy largo el día anterior así que solo fuimos por una (otra) pint y a dormir, día uno: check. Tremendo.

Selfie con los del risotto, a toda madre.

El Viernes en la mañana los llevé por un proper english breakfast a The Marylebone Corner, un lugar con precios excesivos pero sabores excepcionales. El desayuno es lo mejor de la comida inglesa fácil, se parece un poco al mexicano y me encantan los frijoles dulces. De ahí el día no estaba tan bueno, pero David, Robert (y quiero pensar que yo) tenemos espíritu aventurero así que eso no nos detuvo. Caminamos por Marylebone, los llevé a Soho, fuimos a Misa, pasamos por un mercadillo de navidad en Leicester Square, llegamos hasta el Big Ben y nos tomamos algunas fotos, pasamos por el Buckingham Palace y llegamos hasta el Museo de Historia natural. Tremenda caminata la verdad, nunca había recorrido así Londres y tengo que decir que me encantó, aunque el frío no tanto. Después de ver como funcionan los volcanes y los terremotos (que fue más interesante de lo que esperaba) salimos y encontramos un pub tremendo donde nos pedimos unos (como en todos lados) overpriced fish and chips y unas pints. Conversación excelente número dos, te digo, no fallan. Las niñas, los no-negociables, porque si, porque no, nuestros errores, nuestras ambiciones. Estuvimos un muy buen rato ahí y de verdad me encantó. Yo creo que haré un post sobre los pubs específicamente. De ahí nos fuimos a la casa porque era cumpleaños de Pietro mi roomie, con Toño y Pino (mis otros roomies)  nos fuimos a un pub de cervezas eslovacas y checas. Nos pedimos unas Pilsner y en medio del frío nos reímos y cotorreamos agusto. Después Deivid, Robert y yo nos fuimos a otro lado porque íbamos a salir con Jacobo y unos amigos de México. Le dimos para el centro en un black cab porque el metro no servía y después de caminar cuarenta minutos en medio de Londres con un frío que no te explico entramos al antro, bailamos y salimos. Gran día dos.

Echando el fish and chips con una buena pint.

Al otro día jugaba, pero la verdad es que no me pude levantar. Mi cuerpo ya no me dejó dormir más y estuve leyendo, viendo el sol, rezando y descansando. Hasta como la una se despertaron y con calma salimos para Netherhall que querían conocerlo, aunque antes comimos un pollo equis en el Nando’s de Kilburn. Les enseñé Netherhall y después me los llevé a Hampstead donde esperamos una hora por una crepa que no está overprized y que es extraordinaria: buen deal. De ahí al Holly Bush, mi pub favorito (y más caro) de Londres. Estaba muy lleno pero eventualmente pudimos agarrar lugar. Dos pints, el drink más inglés y feo de la historia (una especie de jarabe para la tos y whisky) llegó otra conversación tremenda. Les digo, los pubs y las pints nunca fallan. Encontramos un restaurante de pizzas súper bien rankeado así que decidimos esperar afuera, no pasó mucho tiempo cuando empezamos a platicar con unos ingleses que estaban esperando igual. Hablamos de fútbol, de México que habían ido y de diferentes cosas, unos tipazos. Me siento bien afortunado y me encanta el poder conocer a gente de otras culturas, ver como se comportan, como piensan, no sé. Por eso dicen que viajar abre la mente yo creo. Entramos y un lugar súper cozy y con una de las mejores pizzas que he comido. Lugar #18 en europa según el ranking, nada mal. De ahí nos fuimos a tardeo, un antro que una vez al mes hace una fiesta para españoles. La verdad me la pasé rebién, bailamos y bailamos y bailamos. Después una travesía llegamos por ahí de las tres y listo, a mimir (aunque ellos tenían que irse al aeropuerto hora y media después).

Recorriendo los mercaditos de navidad.

Estoy escribiendo esto unas horas después de que se fueran y bueno, empecé esta entrada hablando de dinero, pues bueno, creo que nunca me había gastado lo que este fin, pero al final estoy contento que lo haya hecho así. No es eso lo importante, sino con quien lo compartas. JAJAJA es probablemente la frase más sugerente que leerás aquí pero creo que tiene mucho de cierto.

Jaspi y Robert se volvieron muchísimo más cercanos en estos dos días. A Jaspi lo pude conocer mucho más y caray que persona. A Robert no lo conocía bien y ahora quiero seguir fomentando esa amistad. Fueron tres días, si, pero tres días extraordinarios.

Gracias, gracias, gracias.

Rodolfo a 12 de Noviembre de 2023.

Anterior
Anterior

Madrid a grabar podcasts.

Siguiente
Siguiente

Dos meses en London.