¿Cómo acabé en Barcelona?
Hace poco menos de dos años, allá en Mayo de 2019 yo jugaba como le había hecho toda mi vida, en la liga interna del Club Asturiano de México. Un día nos avisaron que 40 de la liga habíamos sido seleccionados para hacer unas pruebas para una academia de fútbol llamada Marcet, que residía en Barcelona. Nos dijeron que sólo uno ganaría y se iría dos semanas a España a entrenar.
Me lo tomé en serio pero no taaaan en serio, porque solo habíamos dos porteros y yo sabía que nunca se nos da mucha importancia, sin. embargo lo hice bastante bien, aunque veía muy difícil que fuera el ganador. Entrenamos cinco días y nos dijeron que nos avisaban en dos semanas; por un viajo que hice a Guadalajara, no pude estar en la ceremonia, sin embargo me dijeron que quedé en segundo lugar y que a pesar que habían dicho que solo ganaba uno estaban dispuestos a darme una beca del 60% para que me fuera dos semanas a Barcelona ese mismo verano. Y eso hice.
Mi visita al Camp Nou en verano de 2019
Esas dos semanas sin duda fueron uno de los mejores momentos de mi vida. Conocí a gente increíble y me hice de unos amigos espectaculares que a día de hoy sigo muy en contacto con ellos. Casi al finalizar mi segunda semana, el director de Marcet habló conmigo sobre la posibilidad de que se me diera una beca para quedarme el año completo allí en Barcelona, entrenando con Marcet, porque me veían potencial para ser jugador profesional, un sueño mío que había abandonado ya hace tiempo.
Mi primera reacción fue de sí, aunque estaba muy dudoso puesto que tenía una persona muy importante en México y una marca de guantes por lanzar. Regresé, hablé con mis padres, hablé con la gente que tenía que hablar y decidí que lo mejor era quedarme en México. Y la verdad fue la mejor decisión que pude haber tomado.
El sueño de Barcelona lo mandé muy atrás en mi cabeza, aunque seguía tocando mi puerta a menudo. No quería pensar en eso porque la espina aún picaba un poco. Yo tenía planes de comenzar la universidad, tendría la posibilidad de seguir jugando a un gran nivel y podría ayudar a mis papás a que obtuviera una buena educación, sin embargo…. llegó el COVID.
Dos meses antes de terminar mi prepa e irme de viaje con mis amigos nos llegó esta pandemia que un año después aún nos persigue; así que como bien dice el dicho:
“We plan, god laughs”
Terminé la prepa en línea, me pasé el verano jugando FIFA con mi hermano y haciendo tiktoks, comencé la universidad en Agosto, entrenaba (sólo físico) en línea con la universidad y el horizonte no parecía que iba a cambiar para 2021, pero un día tuve un sueño.
Un sueño bien loco, no me acuerdo bien que era, pero me desperté a los 2:30 de la madrugada pensando en que necesitaba irme a Barcelona, que este era el momento. Hablé con mi papá y se lo conté, y me dijo lo que yo ya sabía: que la situación era sumamente complicada y proveer más allá de la siguiente semana era imposible. Esto ocurrió a principios de Octubre, y yo traté de dejar de pensar en esa aventura. Pero una semana después, me llega un mensaje por Instagram del director de Marcet que ponía: “Rodolfo, ven a hacer tu último semestre como juvenil acá”.
No quise darle más vueltas, porque sabía que si le daba vueltas iba a acabar diciendo que no. Hablé con mis padres, hablé con Carlos (el director) y hablé con esa persona tan especial para mí.
En Noviembre comencé a tramitar mi visa y comenzó probablemente el mes más difícil de mi vida. Estaba hundido en inseguridades, pensamientos negativos y le daba vueltas a todo. Lo más difícil era la incertidumbre: yo no sabía si me iba a España hasta que me dieran la visa, y eso era unos diez días antes de irme.
El día 7 de Enero me dieron mi visa. Pasé uno de los mejores año nuevo de mi vida junto con mi familia y la familia de esa persona especial en Ixtapa y nueve días después, el 16 de Enero, a las 11:15 de la noche, salió mi avión para la aventura más grande de mi vida. Me iba a vivir a Barcelona cinco meses y medio.
Mi última comida en mi casa.
Hoy es mi día 51 aquí, estoy a tres días de cumplir un tercio de mi tiempo aquí y la verdad es que ha sido toda una aventura. He aprendido muchísimo y soy la persona más agradecida con Dios, mis padres y toda la gente a mi alrededor que me ha apoyado.
Y es así como terminé aquí, escribiendo esto en un café Santagloria tomándome un vaso de agua.